El desarrollo de aplicaciones no-code/low-code y la promesa de poder llevar a cabo proyectos complejos de alta demanda inundan los hashtags del clickbait en YouTube y en cuanta academia de dudosa certificación en LinkedIn.
La realidad es que “APRENDER A HACER” no es lo mismo que “ASÍ SE HACE” . Crear un step by step para desarrollar una copia de UBER no es lo mismo que aprender a integrar APIs de Google Maps o Mapbox, entender la lógica de aplicación y el desarrollo de un entorno seguro para la transmisión de datos (muchas veces sensibles y personales) va más allá de “DESARROLLA TU APLICACIÓN EN QUINCE MINUTOS”.
Sobre estas promesas de desarrollo “sin una línea de código” surge FlutterFlow (previamente con Flutter) que de cierta manera ha revivido a DART , el lenguaje de programación desarrollado por Google, caracterizado como un fracaso por los expertos del área.
Flutterflow es una herramienta potente y compleja de entender en sus funcionalidades, pero, así también, cuestionada en su gestión. Quienes hayan tenido contacto con un mínimo de bases en programación o lógica matemática se habrán familiarizado más rápido que otros en entender su funcionamiento; quienes hayan accedido a la misma mediante la promesa de desarrollar su aplicación móvil en cuestión de minutos, chocaron contra una pared.
¿Cuál es el problema de Flutterflow? 🤔 El problema de FF es el mismo que tienen la mayoría de plataformas no-code. Esta pregunta se responde con otra: ¿cómo generar una interfaz visual que articule código-intención del usuario-respuesta esperada sin romper nada? Es sobre esta cuestión donde descansa la curva de aprendizaje de FF.
Si decimos que una curva de aprendizaje es un monte verde con flores amarillas , la de FF se parece más a un rascacielos de ángulos obtusos. Pero ¡ojo!, esto no significa que es un mal software; de hecho, considero que es bastante complejo y que ha tratado de abarcar la mayoría de las necesidades de los usuarios de manera efectiva, pero que aprender a trabajarlo va mucho más allá de un “arrastrar y soltar” . Aquí ya no valen los ganchos prometedores plasmados en los flyers.
FF genera la posibilidad de aprender-haciendo, aunque el aprendizaje se encuentra mucho más en la repetición del error. No hay que temerle. Aprender a dominar las funciones básicas del software es un proceso, y como tal se forja a partir de la disciplina y, repito, de los errores. La frustración es parte fundamental de esto. Arriba del rascacielos existe un helipuerto.
